Cuando hablamos de la filtración de un acuario de un acuario, o de cualquier otra instalación llamada a mantener organismos acuáticos, se nos viene a la cabeza toda una diversidad de aparatos, tecnología, equipos mas o menos grandes y complejos. A ojos del iniciado se pueden llegar a convertir en toda una pesadilla conceptual difícil de comprender. Hoy damos entrada a una pequeña serie de aportaciones relacionadas con este campo del mantenimiento de organismos acuáticos, que no dudo será de interés para los mas iniciados y refrescante para aquellos que ya han comenzado su andadura acuática.

Al decidir mantener con vida a un organismo acuático en condiciones de confinamiento controlado (un acuario, un estanque, una piscina de cultivo, un vaso de agua,…) debemos tener muy presente que el agua, inicialmente en perfectas condiciones, va a ir perdiendo calidad a medida que pasa el tiempo. El propio metabolismo de los organismos que viven en esa agua, la acumulación de desechos y restos de alimento no consumidos, la evaporación y reposición de agua, la dosificación de productos con un fin determinado,… de un modo mas o menos rápido, el agua habitable va acumulando una ingente batería de sustancias que cuando alcanza una determinada concentración puede generar problemas, e incluso la muerte, de aquellos organismos que deseamos mantener en las mejores condiciones posibles. Para retardar o evitar esta acumulación indeseada de sustancias perniciosas se usan los filtros. A medida que la filtración de nuestro sistema sea más eficaz menor necesidad de cambiar el agua tendremos, lo que entre otras cosas, conlleva a un ahorro económico importante. En otros artículos hablaremos del porque cambiar agua, como hacerlo y cuando hacerlo.

Existe un sinfín de equipos de filtración y materiales filtrantes. La elección de unos u otros debe responder a nuestras necesidades particulares. Sin embargo, podríamos decir que la filtración persigue la retirada de compuestos nocivos mediante tres estrategias diferentes:
- Retirada física y directa de compuestos y partículas concentrándolos y acumulándolos en una matriz filtrante (una red por ejemplo) o precipitándolos (un decantador). Muchos conocen esta estrategia como “filtración mecánica”.
- Retirada de compuestos solubles mediante su fijación en una matriz filtrante a través de un enlace químico o mediante la conversión química del compuesto. Es la conocida como “filtración química”.
- Retirada de compuestos aprovechando las funciones biológicas presente en el sistema. Es la llamada “filtración biológica”.

Atendiendo al último punto, si bien los seres vivos que habitan el agua tienden a estropear su calidad, existen ciertos organismos y metabolismos asociados que debidamente usados y potenciados pueden tener un efecto completamente diferente y depurativo.
Estas estrategias de filtración no son excluyentes ni exclusivas de un sistema de filtración y siempre son complementarias.
Salvando casos muy concretos y específicos, será el material que dispongamos dentro del filtro lo que determinará el funcionamiento de este. Así pues, es ese material filtrante el alma del filtro, el que hará que este trabaje de un modo u otro.

Aunque inicialmente cada material filtrante está pensado y diseñado para una función concreta, es habitual que estos acaben desarrollando más de una de las estrategias de filtración mencionadas, a veces de forma intencionada y otras no. Un material destinado a retener partículas en suspensión, como es el caso del llamado perlón, si no es retirado del filtro una vez haya hecho su función, acabara desarrollando una colonia bacteriana con “función filtradora biológica”. Lo mismo ocurre con el uso de carbón activo, que después de realizar su función química, podrá retener partículas suspendidas en el agua y desarrollar igualmente función de filtración biológica si no es retirado. O sustratos específicos para el alojamiento de bacterias filtradoras, que a su vez pueden tener cierta capacidad de retención de partículas… Hablaremos de estos temas con mayor profundidad en posteriores entradas del blog.
Un saludo y nos vemos en el próximo articulo.
Juan José Díaz.